UN CORAZÓN POSEEDOR DE GRAN CONOCIMIENTO:

UN CORAZÓN POSEEDOR DE GRAN CONOCIMIENTO:
NUESTRO CORAZÓN ESPIRITUAL
Abril/26/’11


Definitivamente el más grande poder que un ser humano puede poseer es sin lugar a dudas el amoroso corazón spiritual. Ninguna persona con un poder superior mental puede afectar negativamente a dicho corazón. La Jerarquía Divina, sin embargo sí puede afectarlo con poderosas esencias pertenecientes al Reino Espiritual!

Es cuando adquirimos un íntimo conocimiento personal con alguna persona, algún evento, algún lugar o alguna verdad cuando el concepto “gnosis” se puede aplicar. Ahora bien, entonces nuestra meta será el poder obtener la gnosis de Amor Divino. Ahora podemos visualizar tomados de la mano en la sagrada senda mística a nuestro corazón espiritual con el Amor Universal. Imaginemos por unos momentos esta cósmica bendición. Las cosas maravillosamente constructivas que podemos llevar a cabo! Nuestro mundo moderno con todas sus distracciones ha evitado las hermosas contribuciones que este corazón espiritual puede cristalizar.
Es tiempo de experimentar con muestro corazón espiritual algo sacado de la Biblia.

Al tomar una respiración profunda repitamos mentalmente lo siguiente:
“Que bueno sería para hombres y mujeres el poder vivir juntos en armonía”
Al exhalar díremos:
“Vivir juntos como hermanos y hermanas en unidad”

Al hacer esto por un mínimo de tres veces experimentaremos la gnosis del Amor Universal.

La Biblia también expresa lo siguiente:
“Si tu afirmas que amas a Dios, pero odias a tu vecino, entonces amigo mío eres un mentiroso!”


Encontremos una aplicación práctica de este hecho. Cada mañana al agradecer a Dios por un día más de oportunidades de ser un digno representante de todas sus Leyes nos diremos a nosotros mismos lo siguiente:

“Dios de mi amoroso corazón espiritual ayúdame todo este día que empieza incluyendo esta noche a poder irradiar las propiedades de mi corazón espiritual a los míos, a mis compañeros de trabajo, amigos y cada ser humano que encontré mediante mi sonrisa espiritual. Amén!”